Greyhound

Pobre animal, encerrado en una jaula. Un arma de caza natural pasando hambre y enfermando junto a otros de su raza en dos metros cuadrados. No pude aguantar y elegí a uno, al más joven. Al que tenía cientos de kilómetros aun por sprintar. Bien o mal razonado, dejamos atrás a los adultos, en silencio.

No le iba el vozal aunque lo portaba con estilo. Atado siempre en corto, obedecía mis órdenes. Creaba escuela en Doña Casilda. Nunca un ladrido fuera de tono ni una paloma desplumada delante los niños. Muy considerado. La disciplina se premiaba con salidas dominicales a la finca. Un par de liebres y listo. Hay que verle correr, tienes que mirar dos veces.

¿Y cuando se haga viejo qué? No quiero sogas para perros. Atento, que si se estira el galgo, buen día de caza.

3 comentarios

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3 Respuestas a “Greyhound

  1. ivan

    El artículo es muy bueno, a ver si con un poco de suerte conseguimos que se cambie un poco el modelo de gestión, y se exigen cosas más razonables a todos los directivos y empleados.

    Por cierto, habrá que presentar a la fiera a Hartzito!

  2. Bigun

    Pierdo un poco el nexo leyendo tu segundo y tercer párrafo. Solo con el primero te habría quedado, redondo, listo para despegar…

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